Los suelos de madera son sensibles a los cambios de temperatura y humedad, y aunque imperceptible al ojo humano, sufren movimientos frente a dichas alteraciones climáticas. Estos movimientos se producen con mayor intensidad en el llamado momento "after", posterior a su instalación. Consideremos que la tarima ha abandonado su empaque oficial y se ha trasladado a otro espacio (es por ello recomendable el estacionamiento en obra durante al menos 72 hs previo a su instalación). El suelo se debe familiarizar con el nuevo escenario, reflejado en una adaptación a dos temperaturas (la superficial y la interior que apoya sobre el suelo), y niveles de humedad cambiantes.
Las tarimas flotantes, Parquets laminados y suelos de madera en general sufren una especie de stress por los cambios a los que son sometidos en escaso transcurso de tiempo.
Una vez que el parquet asume su nueva realidad mitiga sus movimientos, no obstante siempre está sujeto a variaciones aunque de menor rigor salvo eventualidad (o catástrofe) como puede resultar alguna inundación accidental o la exposición a temperaturas extremas.
Los fabricantes de suelos laminados recomiendan en líneas generales, la instalación de perfiles de dilatación cada 8 metros (dependiendo de la marca, esta cifra puede variar), la recomendacion obedece básicamente al riesgo (técnicamente posible) de hinchazón en los accesos a las estancias. En condiciones normales de humedad y temperatura homogéneas no debería existir problema alguno, sin embargo las distintas alteraciones climáticas que pueden sucerderse entre los ambientes (calefacción a desigual temperatura por ejemplo) pueden ser motivo de desproporcionados movimientos entre los suelos de las estancias, promoviendo un "pulso" entre la misma tarima (de cada estancia) por el cual una de ellas cedería obteniendo como resultado el consecuente levantamiento e hinchazón de algunas lamas.
Nuestra recomendación
Si usted adquiere un suelo laminado de buena calidad -principalmente con un tablero de densidad superior a los 900 Kgs/m3- y le incomodan los perfiles de dilatación en los bajos de las puertas, puede optar, asumiendo por supuesto el riesgo que ello conlleva (mínimo aunque real), por hacer una instalación lineal sin cortes. En caso de suceder el evento de hinchamiento la solución pasará por realizar los cortes de dilatación a posteriori, y esta vez sí, deberá cubrir el corte con un perfil de dilatación.
Si el consumidor decide arriesgar ante lo argumentado previamente, será fundamental prestar atención a las pisadas en los sectores vulnerables (accesos a las estancias), y en caso de notar un retorno superior al normal proceder a ejecutar el corte sin más dilación. Si se deja pasar el tiempo frente a una tarima hinchada, éste correrá en su contra y la posibilidad de inutilización de las lamas afectadas será cada día superior. Los mayores movimientos de adecuación de la tarima a su nueva situación se producen en el curso de los primeros 3 meses de instalada, motivo por el cual se deberá prestar mayor atención ante posibles levantamientos.
Generalmente las tarimas laminadas de marcas consolidadas en el mercado no suelen producir estos inconvenientes, su calidad disipa enormemente la posibilidad; sin embargo deberá tener en cuenta que en la letra de las condiciones de garantía aconsejan instalar los perfiles de dilatación como anticipamos al principio del post.
Por último, hacemos hincapié en la relevancia de la dilatación bajo los marcos de las puertas. Un error más que frecuente es dejar poco o nulo espacio dando lugar a que el parquet se levante por falta de sitio físico para expandirse.
Recordemos que ningún elemento estanco debe perjudicar el libre movimiento del suelo.